Nuestra última visita será fuera de Praga, a unos 120 Kms, a la ciudad de Karlovy Vary.
Como no, el nombre es en memoria del Emperador Carlos IV y es uno de los balnearios mas antiguos y conocidos de Europa.
El principal atractivo son sus fuentes termales, de las que dispone de más de 13 principales y más de un centenar más pequeñas, que son beneficiosas tanto a nivel gástrico como para un sin fin de cosas más.
La ciudad es atravesada por el río Teplá, también de agua caliente.
Karlovy Vary también tiene uno de los festivales de cine más antiguos del mundo.
Tendremos que dejar el coche en un parking a las afueras ya que no está permitido circular por la ciudad, pero la caminata es muy agradable ya que los alrededores son muy bonitos, sobre todo si se tiene la suerte de verlo nevado.
Una vez en Karlovy Vary, empezaremos el recorrido junto al Gran Hotel Pupp y remontaremos el río disfrutando de las mansiones art nouveau que están construidas a los lados.
Paseando por la ciudad se puede disfrutar de lujosas joyerías y tiendas de cristal de Bohemia, así como lo que creo que era el edificio de la ópera.
Más o menos a mitad de recorrido, siempre siguiendo el río, nos encontraremos con un edificio cerrado con grandes cristaleras y con un par de sorpresas dentro: la primera fuente medicinal y un geiser que caprichosamente expulsa el agua y sus vapores para deleite de los visitantes.
Conviene comprarse una jarrita porque a partir de aquí podremos saber lo mal que saben las aguas de infinidad de fuentecillas que hay por todo Karlovy Vary y que tan buenas dice la medicina que son. Si se está muy cansado siempre queda la opción de pasar el resto de la tarde en uno de los balnearios, siempre que esa recuperación del cuerpo y la mente no se vea influida por la rotura del bolsillo.
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