Praga: el Castillo

El Castillo data del siglo IX y se yergue junto a la catedral. La aldea circundante estaba compuesta por las chozas de la servidumbre pero tras un incendio en el año 1541 se sustituyeron por lujosos palacios.

El castillo es de una variedad y ornamentación extraordinarias y a pesar de su aspecto medieval no ha perdido su función política ya que es la sede del gobierno checo.
Es posible ver el cambio de guardia todos los días a las 12 h.

Dentro del recinto del castillo nos encontraremos además el Palacio Real, la Catedral de San Vito, el Loreto, los jardines Reales, el callejón de oro y un montón de monumentos renacentistas.

El esplendor gótico de las agujas de San Vito se divisa desde casi toda la ciudad pero no hay que perder la oportunidad de ver de cerca las hermosas vidrieras, las gárgolas y las joyas de la corona.

En el Palacio Real tenemos la oportunidad de ver la evolución histórica a lo largo de diversas salas, como el Salón de Vladislav, obra maestra del gótico, el Ala de Louis, de estilo renacentista, la Escalera del Jinete, utilizada por los caballeros para acceder con sus monturas a las justas que se celebraban en el salón Vladislav, la Dieta, parlamento donde los nobles bohemios se reunían con el rey, Registros de tierras, donde los escribanos registraban los títulos de propiedad, la capilla de Todos los Santos, los sótanos gótico y románicos, la residencia Sobeslav y la Cancillería de Bohemia, donde se se gestó la primera batalla de la guerra de los 30 años, donde los nobles protestantes de la época defenestraron a dos gobernadores católicos (se salvaron porque cayeron sobre una montaña de estiércol...).

En busca de la vieja escalinata que nos hará abandonar el castillo por su lado este, daremos con el llamado Callejón de Oro, en el que se encuentran pintorescas casitas bordeando el muro interior y que fue hogar de orfebres y en algún momento de su vida también de Franz Kafka.



Desde esta "vieja escalinata" está tomada la panorámica del inicio de entrada de Praga. Los escalones están rodeados a lo largo de su suave pendiente, de artistas y artesanos locales.