Poás está en Alajuela, la región del valle central. Para llegar a este Parque Nacional y verlo se recomienda ser madrugador. De poco sirve llegar pasadas las 9 de la mañana porque podríamos haber hecho el viaje en balde, pues las nubes no nos dejarán ver nada.
El acceso es bueno, solo hay que subir una carretera asfaltada y dejar el coche en el parking, eso sí, obligatorio aparcarlo en batería y con el morro hacia delante, porque no hay que olvidar que está activo y nunca se sabe cuando puede empezar una erupción y haya que desalojar. Luego enfilaremos una empinada cuesta que tiene su recompensa cuando ante nosotros aparece el impresionante cráter del Poás. Deja sin respiración.
Hacia las 9, y de repente, empieza a cubrirse de nubes de una manera tal, que el azul turquesa de sus aguas desaparecerá de nuestra vista como si nunca hubiese existido.
Para bajar, podemos volver por el mismo sitio o dar un sobrecogedor paseo por una senda marcada a través de un húmedo y frondoso bosque que nos recordará constantemente que es nuboso, que nos llevará, dando un rodeo, de nuevo al parkig (o parqueo, como dicen allí).
Atravesándolo, es fácil ver alguna ardilla sin la menor preocupación por la proximidad del majestuoso volcán.
Estando en esta zona y con todo el día por delante, no podemos dejar de ver la magnífica cascada de la paz, y si es posible, aconsejo pasar al menos una noche en el hotel Peace Lodge y visitar sus Waterfall Gardens, este hotel pertenece a la cadena small distinctive hotels.

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