Bienvenidos a esta ventana al mundo.No pretendo hacer una guía detallada de cada viaje puesto que en internet hay mucha más información que la que yo os puedo dar, lo que pretende este blog es fundir dos de mis grandes pasiones: viajar y la fotografia y enseñar así las vivencias personales, las curiosidades y la manera de disfrutar un viaje de una manera muy particular: la mía.
Trataré de dar información útil, tanto en mis textos como con enlaces a distintas webs. Los artículos variarán en su composición dependiendo del tipo de viaje, pudiendo tener más contenido en texto o casi exclusivamente fotografias.
Por si interesa a alguien, el equipo fotográfico que uso consta de una compacta Canon PowerShot S50, una Canon EOS 400D y una EOS 7D con distintos objetivos: 18-50 de Canon, un 18-200 de Sigma y un macro de focal 50mm también Canon. También un flash speedlite 480 EXII y diversos cachivaches más que cada vez hacen más difícil cuadrar el peso de la maleta en los aeropuertos...

Como vereis, este espacio web no tiene publicidad, así que los comentarios son bienvenidos y siempre se agradecen.
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Espero que lo disfrutéis.

viernes, 12 de junio de 2009

Inishmore: la mayor de las Aran


Las Aran Islands se encuentran frente a la bahía de Galway y están compuestas por tres islas: Inishmore, Inishmaan y la menor Inisheer.
La forma de llegar a ellas es, o bien en avioneta (compañía Aer Arann), o en ferry.
Como lo de volar no es lo mio siempre que haya alternativa, cogí un autobús desde Galway a Ros a Mhíl, que es desde donde salen los ferris de la compañía "island ferries".



El trayecto en autobús es de aproximadamente una hora, igual que el del ferry y el precio de ambas cosas, ida y vuelta no llega a 30€.












El barco atraca en Kilronan, principal pueblo de la isla, y en el que vive la mayoria de la gente, que en su totalidad no llega a 1000 habitantes. Sin embargo, para lo que en principio ofrece la isla, la visita bastante gente.














Lo primero que te asalta nada mas desembarcar es una "jauria" de gente para alquilarte una bicicleta o darte una vuelta en mini bus. Lo mejor es la primera opción (siempre que no te importe pedalear), pero conviene no apresurarse y ver las opciones de todas las tiendas de alquiler. Por 8 euros tienes bici y casco para todo el día. Deberás dejar una señal de 12€ por si pierdes (o "te pierden") la bici.



Una de las primeras cosas en las que te fijas es que para la cantidad de turistas que tiene la isla, la señalización es muy mala, casi inexistente. Esto me hizo perder bastante tiempo, porque aunque la isla es muy pequeña, los sitios de interes hay que ir a buscarlos y no vienen señalizados, y acabé el día un poco frustado por no haber encontrado un par de cosas en las que estaba muy interesado.
Me tomé el pedaleo con mucha calma, no tenía prisa por llegar a ningún sitio y tras alquilar la bici y atravesar Kilronan cogí el camino (casi escondido) hacia la derecha que bordea la costa norte.


























La primera parada que realicé la aproveché para comer unos sandwiches que había llevado mientras buscaba las focas de la colonia que me marcaba el mapa. Gracias al tele de la cámara pude verlas y, aunque cuesta distinguirla, fotografiar una.












La subsistencia de esta gente se basa en el ganado y se puede comprobar durante todo el pedaleo.


































Seguí el camino en busca de una playa de arena que venia marcada en el mapa y vi a un lado de la carretera unas pilas de piedras que ya había visto en Islandia. Allí se amontonaban en memoria a los duendes y supongo que aquí tendrá un significado parecido, ya que esta gente tambien cree mucho en duendes, hadas trolls y cosas por el estilo.












La playa era muy pequeña pero no dejaba de resultar curioso que entre tanta costa rocosa y acantilada apareciera con su arena blanca. Una buena escusa para no bañarse en estas gélidas aguas es no llevar bañador...



Lo que más me interesaba de la isla eran sus acantilados, y entre todos los que había elegí unos al sur de la isla con la intención de encontrar también el castillo negro o Dún Dúchathair ( the Black fort).
Buscando el camino me encontré con Teampall Bheanáin, una de las iglesias más pequeñas del mundo y creo que la más pequeña de Europa. Construida en el siglo VII y tan lejos que no va ni Dios.



Me costó una eternidad encontrar el camino a los acantilados, ya que no había señalización y era todo de piedras y el Black fort aún lo estoy buscando.












Llegué arriba un poco mosqueado pero en cuanto vi las vistas que había desde allí y de las que pude disfrutar en completa soledad, se me olvidó todo lo que había sufrido para llegar.
























Lo más parecido que vi al Black fort es esto, aún no sé si era o no.



La isla merece la pena visitarla aunque solo sea para tener unos ratos tranquilos y disfrutar de los paisajes.












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