Estando en Reykjalid no podemos dejar de visitar la Fisura del Krafla. Parece más un paisaje de Marte que otra cosa.
Krafla es, con diferencia, la mayor y más espectacular región volcánica de la isla, debido a la actividad continua del imponente cráter de fisura que rasga este sector de los alrededores del lago Mývatn. Para obtener información más detallada y precisa de la zona y de lo que es un cráter de fisura pincha aquí.
Las emanaciones sulfurosas oxidaran cualquier cosa de plata que llevemos puesto y habrá que tener cuidado para no meter el pie en alguno de los múltiples barros hirvientes que hay.
Me quedé con las ganas de pasear más por la zona pero teníamos que continuar el viaje.
La siguiente parada, próxima al Krafla, fue subir al cráter del volcán Viti.
La traducción es “Infierno” y como parte del área de la fisura, también está activo, de manera que tiene emisiones esporádicas de gases y un peligro potencial de “saltar por los aires”. El cráter está cubierto de agua y en verano se llena de gente disfrutando de su agradable temperatura aunque las autoridades no se cansen de recordar que es PELIGROSÍSIMO.
La idea era dormir en Akureyri, dejando así la zona más central y volver a la costa norte.
De camino paramos en el lago Myvatn, que traducido significa “lago de las moscas”. El paisaje es muy bonito, todo lo que rodea al lago es de origen volcánico (como en la mayoría de la isla) pero ha crecido mucha vegetación.
Akureyri es una de las ciudades más grandes y es como el resto: edificios bajos, calles anchas y muy limpias y mucho verde. Accedes a Akureyri por un puente que atraviesa un pequeño fiordo.
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