Las diferencias y mezclas raciales y culturales entre la gente de las distintas zonas del país son claras, pero si en algún sitio son más evidentes es, sin duda, en el Caribe y estas se acentúan en el sur, alrededor de Puerto Viejo de Limón.
Es una zona muy interesante, de bonitas playas y gente desinhibida.
Para llegar a Puerto Viejo hay que cruzar los suburbios de Puerto Limón. Esto nos dará una idea aproximada de la ciudad: es la principal salida al Atlántico y uno de los puertos más importantes del país. Como ciudad portuaria tiene muchísimo tráfico por sus carreteras, sobre todo desde San José.
No llegamos a entrar en sus calles pues nos dijeron que no había mucho de interés y que era bastante peligrosa, con bastante delincuencia y la principal entrada de droga al país. Preferimos no comprobarlo.
Paramos a comer en un precioso pueblo llamado Cahuita , en Miss Edith’s y pedimos un plato de pescado con una sabrosísima salsa que mezclaba lo mejor de los sabores afrocaribeños.
Tardaron una hora en servirnos (sin exagerar), con lo que dedujimos que o bien habían salido a pescarnos la comida, o bien, estábamos en el lugar donde habían rodado el anuncio de Malibú.
Debido a la tardanza de la comida y a que no teníamos hotel contratado proseguimos el viaje de manera contraria a como lo hacían allí. Un poco estresados.
Esta zona tiene otro aliciente: si se va con tiempo se puede cruzar a Panamá y visitar Bocas del Toro. Dicen los que lo han visto que es una maravilla del buceo y está a tan sólo unas horas del pueblo. (Nosotros no tuvimos tiempo, el viaje llegaba a su final).
En definitiva, los que sean unos enamorados del mar y de playas como la de la foto de arriba (playa negra), del “no me estreses”, de ir con el bañador las 24 horas del día, de las rastas y de la música regge, este es su sitio.
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