Bienvenidos a esta ventana al mundo.No pretendo hacer una guía detallada de cada viaje puesto que en internet hay mucha más información que la que yo os puedo dar, lo que pretende este blog es fundir dos de mis grandes pasiones: viajar y la fotografia y enseñar así las vivencias personales, las curiosidades y la manera de disfrutar un viaje de una manera muy particular: la mía.
Trataré de dar información útil, tanto en mis textos como con enlaces a distintas webs. Los artículos variarán en su composición dependiendo del tipo de viaje, pudiendo tener más contenido en texto o casi exclusivamente fotografias.
Por si interesa a alguien, el equipo fotográfico que uso consta de una compacta Canon PowerShot S50, una Canon EOS 400D y una EOS 7D con distintos objetivos: 18-50 de Canon, un 18-200 de Sigma y un macro de focal 50mm también Canon. También un flash speedlite 480 EXII y diversos cachivaches más que cada vez hacen más difícil cuadrar el peso de la maleta en los aeropuertos...

Como vereis, este espacio web no tiene publicidad, así que los comentarios son bienvenidos y siempre se agradecen.
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Espero que lo disfrutéis.

martes, 9 de octubre de 2007

Manuel Antonio: una batalla perdida por la Naturaleza

Para llegar al Parque Nacional Manuel Antonio, se recorre una carretera paralela al océano Pacífico en la que nos acompañarán durante gran parte del trayecto extensas plantaciones de palmeras de las que se extraerá el aceite de palma, tan usado como aceite vegetal.



También pasaremos junto a una de estas fábricas y os recomiendo cerrar las ventanas del coche por lo mal que huele, y no os preocupeis de que os pille por sorpresa, vereis el humo a bastante distancia.

Antes de llegar a Manuel Antonio, veremos la población de Quepos, famosa por su puerto pesquero y sus magníficas y baratas mariscadas, aunque con tanto para ver, no perdimos mucho tiempo aquí, si pudimos apreciar que estaban muy acostumbrados al turismo (así que ojo con las pertenencias).

A unos 7 Kms de Quepos se encuentra el parque y todos los complejos hoteleros de la zona, nosotros nos alojamos en el Hotel Parador, que para los españoles que lean esto, no hay que confundirlo con los Paradores de aquí. El hotel está bien, aunque pierde un poco el encanto de estar alojado en medio de la naturaleza como pasa con otros hoteles en el país.



Si decides alojarte aquí, no dejes de pasar por el stand de información turística del hotel, delante de la piscina, donde William te informará muy eficazmente de las actividades y excursiones que puedes hacer, así como de cualquier cosa que quieras saber del país. A William le gusta mucho España, y como tal, está perdidamente enamorado de nuestro jamón. Es un tío estupendo que puede darte información muy útil y la conversación con él se hace muy amena. Desde aquí quiero mandarte un saludo y darte las gracias por habernos mandado de vuelta a Arenal para ver la explosión piroclástica, ya que si tu no nos hubieras enseñado el recorte de periódico, no nos habríamos enterado.



En la carretera desde los hoteles al parque hay un restaurante a mano derecha que será dificil que no os llame la atención, puesto que es un "fairchild C-123" de 1954 rescatado de la guerra encubierta en la que la contra nicaraguense pagada por los Estados Unidos bombardeaba a los Sandinistas con incursiones hechas desde la frontera costarricense. Está en muy buen estado y en el restaurante se come bastante bien y a un precio aceptable para estar en unas de las zonas más concurridas de todo el país.

Un poco más adelante tendremos que dejar el coche en un parking y pagar por que lo "vigilen", así que no os dejéis nada a la vista porque nadie se hace responsable, además, llegado el caso, nadie habrá visto nada.

Vale la pena ir en chanclas, puesto que para entrar al Parque y comprar las entradas, hay que cruzar un ... no se como llamarlo, es la foto de la derecha, más grande que un riachuelo y más pequeño que un río, pero tiene la anchura justa para que si no quieres mojarte hasta la cadera en marea alta (en baja no llega a las rodillas) pagues a los que "casualmente" están esperando con un pequeño bote para cruzarte en una travesía de escasos 2 minutos. Bien es verdad que no piden dinero, pero esperan una propina. Ahhhh, por cierto, lo del cartel de cuidado cocodrilos que no asuste a nadie, si uno no se mete río arriba, es muy difícil que estos bajen a comer al incauto turista que no quiera coger el barquito.




Manuel Antonio es el Parque Nacional más visitado y eso se nota en cuanto entras. Lo primero que te “venden” es que verás fauna seguro y eso ocurre debido a que los animales están demasiado acostumbrados al turista, no le tienen miedo, de manera que en cuanto paseas un rato, ves a los monos cara blanca balanceando las ramas sobre tu cabeza, a los congo o aulladores gritando por algún rincón y hasta es posible que algún pizote (aquí conocido como coatí de nariz blanca) se atreva a salir a la playa a por la toalla de algún bañista… El caso es que la gente no se cansa de fastidiarla dándoles de comer.






Otro problema que tiene el parque (para mí el más grave) es que es el más pequeño y está aislado, con lo que los animales no pueden cruzarse con otros de su misma especie pero genéticamente distintos, con lo que al no renovar la sangre, es más factible que contraigan enfermedades.
En realidad, la sensación que nos dio es que más que un Parque Nacional, es un gran zoológico o parque temático más encaminado a atraer gente que a la protección de la flora y la fauna.

Aún así hay que visitarlo (siempre respetando todo bicho viviente) ya que las playas son maravillosas y las aguas son perfectas para nadar. Esto le da un aire encantador a la zona haciendo que te sientas Robinson Crusoe tirado en la arena mientras oyes a los monos aullar justo a tu lado. Aunque esta magia desaparece cuando, tratando de buscar la mayor paz posible, te invaden las hordas de turistas al grito de ¡¡¡ahí hay un perezoso!!! Y te das cuenta de que, al menos aquí
LA NATURALEZA HA PERDIDO UNA BATALLA…

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