Bienvenidos a esta ventana al mundo.No pretendo hacer una guía detallada de cada viaje puesto que en internet hay mucha más información que la que yo os puedo dar, lo que pretende este blog es fundir dos de mis grandes pasiones: viajar y la fotografia y enseñar así las vivencias personales, las curiosidades y la manera de disfrutar un viaje de una manera muy particular: la mía.
Trataré de dar información útil, tanto en mis textos como con enlaces a distintas webs. Los artículos variarán en su composición dependiendo del tipo de viaje, pudiendo tener más contenido en texto o casi exclusivamente fotografias.
Por si interesa a alguien, el equipo fotográfico que uso consta de una compacta Canon PowerShot S50, una Canon EOS 400D y una EOS 7D con distintos objetivos: 18-50 de Canon, un 18-200 de Sigma y un macro de focal 50mm también Canon. También un flash speedlite 480 EXII y diversos cachivaches más que cada vez hacen más difícil cuadrar el peso de la maleta en los aeropuertos...

Como vereis, este espacio web no tiene publicidad, así que los comentarios son bienvenidos y siempre se agradecen.
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Espero que lo disfrutéis.

viernes, 12 de octubre de 2007

Punta Islita: El placer de relajarse


Islita esta situada en una remota esquina de la Península de Nicoya en la provincia de Guanacaste y es una región apartada y privada lejos del centro de las playas turísticas de Costa Rica. Es el destino ideal para los que buscan paz y tranquilidad, Islita es un cielo de tranquilidad y lujo, con unos de los escenarios más maravillosos de toda la región.

Allí podremos encontrar el hotel Punta Islita, un resort con todos los detalles cuidados al máximo en el que se esmeran por hacerte la vida mejor. El trato exquisito y las instalaciones de ensueño.

Aunque la idea era estarse "quietecitos" después de todo el viaje sin parar, nada más llegar contratamos una excursión a caballo.
Fue el día que más agua nos cayó sin estar a cubierto, a traición y sin avisar. Y aunque fueron solo unos veinte minutos, fue suficiente para empaparme todo el equipo fotográfico.
El guia nos llevó a ver el pueblo de Islita, que trabaja íntegramente para el hotel y para la fabricación de artesanía y acabamos galopando por playas de arena negra volcánica.

La gente del hotel nos habló de la Fundación Camaronal, ubicada a unos 10 minutos en coche del hotel. Es una playa de poco más de tres kms donde desova la tortuga Lora, una de las especies en mayor peligro de extinción y que se puede ver en temporada sin el agobio de tanto turista molestándola y sin límite de tiempo (estuvimos más de tres horas disfrutando del momento).

La experiencia fue inolvidable, tanto por lo emotivo del momento como por la impotencia que sentimos cuando el chico encargado del control y estudio de las tortugas nos contó todos los problemas que tenían con los furtivos (esa noche vimos tres), la falta de dinero que les obligaba a depender casi exclusivamente de los voluntarios (él mismo había llegado allí desde Colombia), y los problemas con los grandes hoteles empeñados en urbanizar la zona (había uno en proyecto con acceso directo a la playa...).

La tortuga, en el momento del desove entra en trance, pero hasta ese momento no se la debe molestar porque al más mínimo ruido o sospecha de extraños, se gira y vuelve a la playa para intentarlo más tarde. Esto puede matarlas ya que acaban exhaustas.
Para orientarse de vuelta al mar, toman como referencia el resplandor del mar en la oscuridad, con lo que si hay luces potentes cerca, como las de los hoteles, las desorienta y las hace dirigirse tierra adentro, con lo que también mueren agotadas después del grandísimo esfuerzo realizado.
La tortuga marina tiene una vista muy sensible, de ahí que no aguante bien la luz blanca (prohibidísimo flashes), sin embargo la luz roja no les molesta, con lo que con una linterna con un papel celofán rojo atado delante podremos, previo permiso del guia correspondiente, alumbrarla para disfrutar más de la puesta, evitando SIEMPRE enfocarla de cara.

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